lunes, 4 de agosto de 2025

PUGA, GANADOR DEL PREMIO ALTAZOR 2025 SE PRESENTÓ EN LA FIL (Por Nando Vaccaro Talledo)

 Por Nando Vaccaro Talledo – agosto, 2025


El que la sigue, la consigue. Antonio Zeta, merecedor del prestigioso premio internacional Altazor de novela infantil 2025, con su obra Puga, un felino entre las nubes, se presentó ayer en el marco de la Feria Internacional del Libro de Lima. Una vez más, Antonio Zeta se convierte en abanderado de los literatos piuranos. 

En cuanto a esta obra, si bien “está escrita” para niños, también los adultos la podemos leer con una mirada de niñez. A este respecto, el docente y escritor español Crisanto Pérez ha enfatizado que una obra destinada al público infantil no debe ser considerada una literatura menor; por el contrario, existen muchos clásicos que son leídos por toda la familia, como las obras de Julio Verne o Roald Dahl, y ahora también Antonio Zeta vuelve a registrar su pluma en este género para el deleite familiar.

El relato tiene cinco capítulos o bloques, y cada uno con la seña de un subtítulo que orienta al lector en lo que será la temática principal de ese segmento. La historia, narrada en primera persona por Puga, el protagonista, y que cuyo nombre da título a la obra, se desarrolla con tintes épicos a través de la mirada de un niño que tiende a engrandecer todo lo que observa; aunque es cierto también que esa visión se sustenta en que cada integrante de la familia de Puga, y él mismo, está dotado de un poder sobrehumano.

El narrador va dosificando la información, y cuenta lo necesario e imprescindible para mantener al lector expectante. Es evidente el manejo adecuado de la elipsis y otras figuras retóricas, propias de un escritor que ha logrado depurar su voz narrativa. La metamorfosis de Puga no sucede de manera abrupta, sino que se hace evidente, y necesaria, desde el principio de la novela, que nos ha invitado a soñar con una utopía donde seres humanos y animales pueden convivir en un paraíso terrenal cercano al cielo (con una locación que está cerca de nosotros, en la sierra piurana) hasta que sucede lo inevitable: el avance de la civilización irrumpe en esa armonía con la naturaleza. A cambio de ese equilibrio, se ofrecen los elementos propios del “progreso”, aunque ello signifique un distanciamiento del hábitat natural. En ese sentido, Puga también se puede leer como una alegoría de la conquista.

Fabián Bruno ha detectado la gran influencia del animé japonés, particularmente de la inmortal serie Dragon Ball. Y en cuanto al séptimo arte, el poeta paiteño ha rastreado la conexión que tiene la obra de Antonio con la película Rambo, primera sangre.

En esta novela Zeta recurre a una de sus pasiones: el fútbol. Si bien en esta historia no es uno de los temas principales, como había sido en Tabas, la magia de este deporte permite condensar momentos emotivos. El autor también rinde homenaje a sus amistades de carne y hueso, bautizando a los personajes con nombres de sus amigos.

Aunque su experiencia como docente de primaria ha nutrido la imaginación de Antonio Zeta para recrear universos literarios diseñados especialmente para lectores infantiles (pero también para toda la familia), el autor se autodefine como escritor del género fantástico, revalidado recientemente con la publicación de El latido de las vísceras. En Puga los elementos fantásticos son la esencia de la novela, cuyo sustrato son los mitos y leyendas piuranas.

De momento, Zeta ha aclarado que Puga no es el inicio de una saga. Sin embargo, después del éxito editorial, el autor no descarta una posible secuela (o precuela), la cual, por supuesto, sus lectores esperemos con mucha expectación.