miércoles, 17 de abril de 2024

LEE MI BLOG, PERO TAMBIÉN LEE LIBROS (DE PREFERENCIA IMPRESOS)

 Por Nando Vaccaro Talledo - Abril, 2024

Existen variables que debemos ponderar a la hora de elegir qué leemos, dónde leemos y cómo leemos. El entrañable Marco Aurelio Denegri solía recordarnos que el estado natural del cerebro es de desatención, y que, como manifestaba Sartori, vivimos bajo la dictadura de la “imago”, en plena videocracia; y eso lo dijo el autor italiano hace varios lustros, cuando la televisión era la figura central en los hogares: ¿qué diría ahora con la colonización mental por parte de los celulares y la intrusión de la inteligencia artificial?

Diversas investigaciones científicas revelan que leer en formato impreso ayuda a la compresión, en cuanto a la velocidad de lectura y a la profundidad de análisis, y sobre todo si se realiza bajo presión. Asimismo, señalan que la lectura en papel causa menor fatiga mental y visual (un factor a favor del libro impreso que siempre ha subrayado Humberto Eco). Es decir, desde el aspecto fisiológico es más recomendable leer un libro impreso que uno digital, mejor aun para los libros de largo aliento. No menos cierto es que los dispositivos digitales de lectura como ipads, tablets, laptops o los mismos celulares pueden albergar una cantidad impresionante de textos y obras, que ocuparían un amplio lugar de la sala o nuestra habitación. En general, es más económico comprar libros digitales que libros impresos, y en muchos casos las descargas son gratuitas.

Foto: https://miexamendeservicos.blogspot.com

Sin embargo, de acuerdo con el portal web PsicoDon, existe un estudio que se encargó de observar la actividad cerebral de un grupo control mientras leían, y reveló que durante la lectura de un libro impreso hay más probabilidad de actividad en la corteza prefrontal media y la corteza cingulada, encargadas de procesar las emociones. Por su parte, en su libro Superficiales: ¿qué está haciendo internet con nuestras mentes?, el periodista estadounidense Nicholas Carr plantea que la exposición a las pantallas está mermando nuestra capacidad de lectura y comprensión.

En esa línea, Francisco Albarello, docente universitario argentino, corrobora que sus estudiantes leen más y mejor sobre formato impreso. Sin embargo, no demoniza la tecnología sino que, como todos los inventos y avances, considera que lo positivo y negativo de las pantallas digitales no está en su naturaleza per se, sino en el uso que le damos y las predisposiciones que tenemos. Un trabajo también trascendente es la obra Nadie acabará con los libros, de Umberto Eco y Jean-Claude Carrière, quienes, de manera brillante, exponen a través de un ameno y enriquecedor diálogo los vericuetos de la apasionante historia de los libros (una exquisitez para todo bibliófilo).

Foto: https://emowe.com

Y no es que los libros impresos ocupen más lugar que los virtuales, sino que ‘verdaderamente’ existen, son asibles y tangibles, se pueden dedicar, forrar, subrayar con un lápiz y quedarse dormidos con el lector sobre su pecho, sin que explote o recaliente. No hay riesgo de robo si vamos a un parque o una plaza a leer Cien años de soledad. Además, si hacemos eso, realmente leeremos y no estaremos seducidos ni tentados a ver estados, muros, reels y todos aquellos artilugios de distracción con que han programado las redes sociales, con algoritmos específicamente diseñados para darle a nuestro cerebro lo que más le gusta: mayor distracción y menor concentración.

Cuanto más se lee en pantalla hay menos probabilidad de detenerse a reflexionar en lo que se está leyendo. Y seguramente para lecturas de textos breves podría nuestro cerebro predisponerse a la atención; pero, pasado un tiempo, ya querrá distracción porque la pantalla se usa más para esos fines. No obstante, para efectos de investigación, comparaciones, búsqueda de datos y ahorro de tiempo, sin lugar a duda la pantalla es más útil y versátil. Pero, no nos olvidemos de un gran detalle: sea en pantalla o en papel, la lectura siempre va a demandar atención y concentración.

Los estudios también revelan algo que resulta clave para la promoción y estímulo de la lectura: los niños son más participativos y se involucran más con los textos en papel. Y esto por una razón evidente: las generaciones recientes están codificando sus cerebros con una mirada completamente lúdica y distractora respecto a los dispositivos electrónicos. Y pese a que neurólogos, psicoterapeutas y pedagogos advierten sobre el riesgo de exponer a los niños a los efectos perniciosos de las pantallas (sugieren que no se los exponga en absoluto a los menores de dos años, y después de esa edad que sea gradual y siempre con control parental), los padres y familiares ofrecen a sus pequeños la seducción hipnotizadora de las imágenes en pantalla, de manera indiscriminada y por tiempos prolongados, creando una ansiosa dependencia y, en muchos casos, una adicción cibernética, catalogada ya como enfermedad por la Organización Mundial de la Salud.

Foto: https://enlinea.pe

Entonces, frente a este escenario, resulta muy complicado y hasta contraproducente priorizar la lectura en formatos digitales, sobre todo para niños y adolescentes, pues estos no se concentrarán, y sus cerebros ansiosos pedirán otras opciones ajenas a la atención y puesta en marcha de la creatividad. Y esto también es crucial, ya que en plena videocracia las pantallas nos llevan al sendero de la pasividad mental y merma de la imaginación (por eso el teatro es una distracción estupenda, porque no nos entrega todo servido como las series o películas).

Leer un libro impreso, al igual que una cata de vinos, es toda una experiencia sensorial, que involucra no solo el campo visual, sino el olfativo, pues cada libro tiene un olor característico; acariciar las portadas, algunas empastadas y con letras en alto relieve, es una sensación muy sensual. Además, por supuesto, de contemplar el producto acabado en un libro, que no es un objeto más descartable sino toda una obra de arte perdurable. Se pueden coleccionar, pues un libro en un estante no es una cosa inerte sino un alma vibrante que nos conmueve con su presencia. Igualmente, gracias a los libros impresos hay presentaciones y ferias, firmas de autógrafos, bibliotecas, encuentros. Es decir, que el libro impreso contribuye a nuestra condición de seres sociales y gregarios. Para cerciorarnos de esto último, de que la lectura es una experiencia multisensorial y social, ¿qué preferiríamos? ¿Que nos escriban una carta a través de un e-mail, o sentir el papel y los trazos de la persona querida con su puño y letra? (En cuanto a la escritura, aunque sería materia de otro artículo, los estudios precisan que es más ágil y rápido tomar anotaciones en un dispositivo móvil, pero que hacerlo a mano ofrece ventajas a nivel de conexiones neurológicas).

Hay quienes dirán que los libros impresos son un despropósito para la naturaleza, pues implica la tala de árboles para elaborar la fibra de celulosa de madera con la que se hará el papel. Pero, ¿y qué hay del plástico y de todo el material desechable que consumimos a diario, incluso proveniente del papel y que podríamos evitar? La producción de libros sostenible se justifica en la medida en que la lectura de libros impresos favorece a la concentración, a promover el hábito continuo de la lectura y, además, son “objetos” perdurables. No hay despropósito ni desperdicio.

Si queremos motivar y promover la lectura en nuestros hijos y entorno, así como para estimular cualquier otro hábito o actividad, lo mejor que podemos hacer no solo es hablarles sino guiarlos con el ejemplo. Por eso la madre Teresa de Calcuta decía: “no te preocupes porque tus hijos no te escuchen; te observan todo el día”. Leer en familia desde un libro impreso es una de las mejores maneras de promover el hábito de la lectura, el amor por el conocimiento, generar un espacio de sinergia y encuentro entre padres e hijos, y desintoxicarnos de tanto consumo digital.

Y, como todo hábito, al principio será más arduo conseguir una alta concentración. Por eso, al igual que si fuéramos al gimnasio o empezáramos con una actividad física, se deberá realizar por breves intervalos, y de una manera dinámica, intercambiando los roles de lectura en voz alta (con nuestros hijos que ya leen, y con los que todavía no, permitir que ellos interpreten las imágenes que acompañan los libros para niños), y progresivamente aumentar la cantidad de tiempo destinado a la lectura y la dimensión y complejidad de los textos, procurando que sean del interés de nuestros hijos. De esta manera lograremos germinar el hábito de la lectura y les daremos el mejor regalo que un padre pueda entregar: tiempo de calidad, dedicación, lectura y amor.

Foto: https://es.123rf.com




lunes, 11 de marzo de 2024

Reseña de UNA MIRADA AL VUELO (de Alberto Machuca)

Por Nando Vaccaro T. - Marzo, 2024. 

Junto al autor, durante la presentación de su libro en la Cafebrería.

Una mirada al vuelo es un híbrido estupendo: obra de ficción y creatividad literaria, fusionada con el sustento propio del campo científico y la divulgación, aunque sin los tecnicismos y formatos escamosos de los textos académicos que repelen al lector común. Este libro de Alberto Machuca puede interpretarse también como una oda a la observación (en este caso de las aves), a la curiosidad con que venimos dotados los seres humanos, pero que se va perdiendo conforme nos apresa la rutina, el consumismo sin propósito y la subyugación a las pantallas digitales.

Antonia es la protagonista de esta historia de alto vuelo (un dato interesante que el mismo autor nos contó en la presentación de su obra: ella es su álter ego). La obra es toda una revelación porque, al igual que el narrador entusiasmado ante la novedad, nos permite descubrir un mundo que ha estado siempre al alcance de nuestros ojos, pero no de nuestra atención. La vorágine del mundo actual y el uso desmedido de las nuevas tecnologías nos atrapan y, en algunos casos, encarcelan, alejándonos de la naturaleza, de las maravillas que nos rodean y de realizar una de las acciones más primitivas pero exquisitas del ser humano: la contemplación.

Con Antonia iremos explorando el domicilio de las aves: “algunas han tomado un lugar como su hogar o refugio; pero también hay pájaros que llegan por temporadas, a los que llamamos migrantes”. Descubriremos también curiosas particularidades: “algunos pájaros dan saltos en lugar de caminar y otros vuelan cuando es necesario”. Y que “no hay excusas para quien desea observar aves en Piura, porque en todos los lugares se las encuentra”. Y para quienes se entusiasmen en llevar esta actividad de la observación de aves a un plano más formal y profesional, la obra nos ofrece pautas de cómo registrar la información de modo correcto.

La historia nos va llevando por los diferentes ecosistemas de la región, para finalmente sobrevolar y aterrizar en espacios urbanos, donde los puentes que conectan Castilla con Piura sobre el río principal, que lleva el mismo nombre de la región (bautizado por los antiguos piuranos como el “veleidoso”), cobran un vital protagonismo. El relato también nos transporta a otras latitudes y épocas remotas, mostrando la relación histórica y mágica entre las aves y nuestro pasado cultural, así como también que las aves (y todas las especies) tienen una designación única en latín denominada ‘nombre científico’.

El libro tiene un formato y una edición estupenda, con hojas tipo álbum, intercaladas con magníficas infografías e ilustraciones del mismo Alberto Machuca, lo cual confiere mayor realce a su obra. El autor también nos invita a reflexionar que, si miráramos la naturaleza y nuestra región de una manera diferente, “probablemente muchas cosas cambiarían o mejorarían”. Al igual que al narrador, estoy seguro que los lectores empezarán a sentir “un cambio de actitud” hacia lo que les rodea. Para el narrador-protagonista, también aficionado al ciclismo, el punto de partida es una libreta de campo de aves; para nosotros, este fantástico libro, que tengo el gusto de comentar y difundir.

Facundo Cabral tiene una maravillosa canción que se titula Una vida sencilla: una caricia al alma y un canto a lo más esencial de la vida: el tiempo y el amor. De igual manera, Alberto Machuca nos invita a redescrubrir el hábitat que nos rodea, a levantar la mirada (casi siempre sobre los celulares) y contemplar las aves y su libertad en el inconmensurable y hermoso cielo piurano.


El "Nono Chaly", concentrado en la lectura.

Facundito, descubriendo un nuevo mundo.


viernes, 13 de octubre de 2023

'CUMBIA' EN LA CAFEBRERÍA (por Nando Vaccaro)

 Por Nando Vaccaro Talledo (octubre 2023)

Antonio Zeta, José Lalupú, Paúl Cardoza y Gerardo Temoche
Hace unos días se inauguró oficialmente la nueva ubicación de “La Cafebrería” , un lugar de encuentro diferente e innovador en Piura, que ofrece deliciosos postres, jugosos cafés y buenos libros al mismo tiempo. Precisamente uno de los muchos buenos libros para comprar y leer en dicho establecimiento es CUMBIA, cinco escritores en concierto. Esta obra, ganadora del premio “Estímulos Económicos para la Cultura 2021”, y que fue entregada por sus autores el día de la inauguración, reúne diez cuentos de cinco escritores piuranos, a razón de dos cuentos por pluma, y tienen en común una propuesta interesante, relacionada con el nombre de la obra; cada cuento toma el título de una cumbia y, a modo de epígrafe, se ofrece una estrofa de la canción.  

La idea del libro es completamente innovadora, desde su concepción y portada, y por supuesto la maravillosa iniciativa de convocar a varios autores para que, cada uno con una voz y estilo propios, conformen esa banda que no es sonora sino escritural, y que en lugar de tocar instrumentos dan forma a su creatividad a través del lenguaje. Y, finalmente, después de tantos ensayos y el respectivo proceso de edición, se presentan concertadamente ante su público lector en el escenario perpetuo: un libro inolvidable en nuestras manos.

Así tenemos, por orden de aparición, los siguientes cuentos: de Luis Quimper, Tu amor fue una mentira y Pasitos para bailar ; de Paul Cardoza, Dios mío haz que me enamore y Amanecer ; de José Lalupú, ¿A qué volviste mujer? y Lágrima por lágrima; de Gerardo Temoche, Juraré no quererte más y Borracho perdido ; de Antonio Zeta, El humo del cigarrillo y El embrujo.

De la misma manera que los grupos de cumbia interpretan estas canciones, en las historias de nuestros autores encontramos un tema recurrente en las historias de amor, desamor y en la nostalgia febril de las pasiones en conflicto. Sin embargo, así como las letras de las canciones tienen su propio contexto y originalidad, cada autor también despliega sus mecanismos literarios para hacer que nuestros ojos bailen con el ritmo cadencioso de su prosa original.

 NOTA: La Cafebrería está ubicada en la Av. Las Casuarinas 190. Urb. Los Geranio. Centro Comercial Los Robles, Piura

martes, 3 de octubre de 2023

RESEÑA DEL LIBRO ‘TABAS’ (de Antonio Zeta)

 Por Nando Vaccaro (septiembre 2023)

Tabas, la más reciente obra de Antonio Zeta, es el reflejo de un autor que conoce muy bien el campo de la literatura infantil y juvenil, porque no solo vuelve a ambientar un relato (que en esta ocasión es una novela breve) en el escenario de una escuela, sino que además aborda temáticas actuales, muy vinculadas con las vivencias de los lectores (grandes y chicos). Y aunque Tabas se diferencia de Tarbush (su primer libro) por ser una historia más realista, sin la búsqueda fantástica de aquella obra, hay un dato escondido en Tabas que cada lector se encargará de descifrar, y que está relacionado con la lectura de un libro por parte del protagonista que precisamente lleva por título la misma expresión que da vida a la obra. En este libro son menos visibles las influencias que Antonio Zeta posee de la literatura fantástica y de terror (utilizadas ex profeso en los cuentos de Lo que las sombras ocultan, obra que también ha sido reseñada en este blog), o de otras expresiones literarias, como el manga o el cómic, que también apasionan a “Anzer”. 

Antonio Zeta nos ofrece una historia que ha sido trabajada con técnicas esenciales del cuento, apelando a un estilo sencillo y sobrio, de oraciones breves y precisas, para evitar la divagación o las ramificaciones a las que suele acudir la novela, pero dentro de un estilo y tono narrativo cohesionados. Y así como lo hiciera en Tarbush, en esta obra también encontramos dos tipos de narradores que se van alternando según la exposición de los hechos. Tenemos al narrador omnisciente, que nos permite tener una mirada panorámica y descriptiva de las acciones, y también al narrador-testigo, que es el mismo protagonista; gracias a este artilugio podemos saber cuáles son los pensamientos y sentimientos que va experimentando.

El relato, contextualizado en el transcurso de la pandemia, inicia en “in media res”, en el instante mismo en el que nuestro protagonista se enfrenta al mayor desafío de su corta vida. Luego nos lleva, como en un paseo guiado, de forma rauda al inicio de su vida para danos a conocer más datos sobre su historia y cómo se fue gestando el acontecimiento que leemos en las primeras líneas. Este suceso conecta de inmediato con el lector, quien estará atento a cada detalle, a cada línea y párrafo, como si nuestro mejor amigo nos contara sus propias vivencias y emociones. Ricardo Salvador, “Ricky”, es un niño como cualquier otro, pero su discapacidad (una pierna más pequeña que la otra) lo hará sentirse temeroso, inseguro por usar una muleta y ser el blanco de burlas de algunos de sus nuevos compañeros. El fútbol, que es para muchos (y muchas) una distracción, un pasatiempo, una práctica deportiva y una pasión, arriba a la vida de Ricky para motivarlo, para que sea el vaso comunicante que lo haga sentir parte de un grupo que, al principio incrédulo y desinteresado, lo incluye, valora y hasta festeja sus dotes, hasta entonces ocultas.

Tabas es una historia que no busca usurpar el modelo de una parábola ni orientarse a las estructuras de relatos moralizantes, alejados del arte creativo literario. Por el contrario, Tabas es una historia verosímil, dentro del estilo propio de nuestro escritor, que retrata las vivencias y reacciones de una realidad reconocible, y a partir de ellas proponer un análisis y, por qué no, una reflexión sobre temas que siguen demandando su abordaje en nuestra sociedad, como los son la inclusión, la erradicación del bullying y la trascendencia de tener una fuerte autoestima, cimentada en el amor propio y el respaldo invaluable de una familia. En ese sentido, esta obra también tiene un gran valor como aporte de estrategia pedagógica, que promoverá estados de atención y conciencia.

Una obra para grandes y chicos, para niños y niñas, para hombres y mujeres, porque la buena literatura no tiene sesgos etarios ni de género. Y estoy seguro que los lectores pequeños se sentirán muy identificados con el protagonista y su entorno. Y los que ya no somos tan pequeños sentiremos que volveremos a serlo, y que es importante tener presente que desde una visión de adulto y de padre los sueños de nuestros hijos se pueden cumplir en la medida en que estemos junto a ellos, que acompañemos sus pasos y seamos su soporte en las caídas, que nuestra voz sea un aliento indesmayable porque siempre seremos la mejor hinchada del mundo dentro de sus corazones.

NOTA: La mayoría de las obras de Antonio Zeta ya cuentan con varias ediciones (lo que nos comprueba la estupenda aceptación de los lectores hacia sus libros) e incluso una de ellas ya ha sido traducida al inglés. En cuanto a Tabas, ha resultado finalista del “X premio Altazor de novela infantil”. Sin duda, Antonio Zeta es uno de los grandes autores piuranos contemporáneos; de corta edad, pero de notable trayectoria, y con el impulso constante para seguir ampliando y diversificando su legado literario.



viernes, 25 de agosto de 2023

COMENTARIO DEL RELATO: EL PÁJARO QUE DESCONOCÍA SU COLOR (de José Lalupú)

 

Por Nando Vaccaro Talledo – agosto 2023

El eficaz recurso literario (y cinematográfico) de la personificación, es decir la atribución de propiedades humanas a objetos o animales, ha sido utilizado con maestría por José Lalupú para acercar la lectura a un público infantil; e incluso más: para promover la unión de la familia en torno a la obra, puesto que El pájaro que desconocía su color resulta favorable para una grata experiencia de lectura compartida (en los hogares y en las escuelas). Asimismo, es importante recordar que, si bien es frecuente encontrar en este género literario ciertos estereotipos y lugares comunes, la pericia de nuestro escritor ha permitido crear una atmósfera propia y propicia para conectar con los ojos de quienes seguimos el rastro de Juan Chilalo. Asimismo, es menester destacar las ilustraciones de Stalin Alva, que dan realce a la obra y son muy funcionales para atraer a los lectores más pequeños.

La elección del chilalo como el ave protagonista de la historia no es azarosa, pues simboliza el ingenio, sencillez y capacidad de trabajo de los piuranos. Desde luego, esta elección favorece el vínculo con el lector de la región Piura; pero, al mismo tiempo, despierta la curiosidad de los lectores de otras latitudes que desconocían la existencia del chilalo y su color. En tanto que la estructura narrativa es lineal y está diagramada con oraciones breves y concisas, cohesionando mejor las ideas.

El telón se abre con la escena del primer día de clases para las crías de las aves. Y así como para los humanos y las distintas especies de seres vivos, la presencia de la madre (y por supuesto también del padre) acompañando a sus hijos, dándoles seguridad y afecto antes de empezar nuevos retos, es fundamental. La mamá chilalo comprende el nerviosismo de su cría ad portas de iniciar el primer día en la escuela, y el sentimiento inevitable de temor ante un vuelo desconocido. Para vincularnos con la pedagogía, en este punto podemos referenciar a Howard Gardner y su Teoría de las Inteligencias Múltiples (TIM), pues en ella se sustenta la clave para el desarrollo de habilidades y aptitudes, y por lo tanto la conexión con el sentido de propósito y realización de cada uno. En este breve intervalo de referencias, también es ilustrativo citar al magistral Albert Einstein para visualizar mejor, en una sola cita, la trascendencia de la TIM: “si vas a juzgar a un pez por su capacidad de subir a un árbol, pensará toda su vida que es un fracasado”.

La trama es planteada en los primeros párrafos, con una estrategia magnetizada para captar nuestra atención. Los lectores descubrimos el conflicto narrativo en el aliento intenso de un primer aletazo, y volamos junto al protagonista para sentir de cerca sus necesidades y desvelos, esencialmente su gran duda existencialista que guarda relación con el título del relato.

Juan Chilalo, nuestro alado protagonista, tiene dificultades para expresarse y consolidar su identidad. Este desconocimiento lo hará sentirse vulnerable y expuesto a las burlas de sus congéneres. En circunstancias similares, el denominado bullying puede agravar las debilidades y fraguar una nueva: el resentimiento. Y aunque el pequeño chilalo es vergonzoso y tímido, tiene como contrapartida una fortaleza inexpugnable: el cariño y la confianza en su madre. Cuando se acerca a ella para iniciar una conversación que le permita despejar sus dudas, podemos comprender que los padres no tenemos la obligación de contar con todas las respuestas, pero sí el deber y la convicción de guiar en la búsqueda de las posibles soluciones.

Esta estupenda obra de Lalupú, editada por Infolectura y finalista del premio nacional de literatura infantil, plantea el parangón de los colores de las aves con la diversidad que existe entre los hombres, ya en lo racial, étnico, cultural, religioso, ideológico, etc. Así como las aves vuelan pero son de fisonomía y envergadura diferente, el ser humano se yergue y camina en medio de una diversidad sorprendente. En el ámbito educativo algunos compañeros pueden llegar a ser crueles con quienes dudan o se muestran vulnerables. Y aunque los maestros sabemos que las interrogantes son cruciales en el proceso de aprendizaje, la falta de empatía y tolerancia en el entorno pueden desencadenar sentimientos de culpa y desinterés en los estudios. Afortunadamente para Juan Chilalo, pese a sentirse “confundido y avergonzado”, el respaldo de su familia es como el tronco que sostiene su nido.

Sin embargo, cuando creíamos que Juan Chilalo despertaría sin sobresaltos para asistir a su segundo día de clases y hacer frente a las burlas de sus compañeros, un giro inesperado en la historia nos deja anonadados, pues el pequeño chilalo ha sido capturado por inescrupulosos humanos, arrancándolo de su nido. Entonces los lectores, como mariposas que revolotean incansables en un frondoso jardín, ya no podremos escapar al influjo que ejerce la prosa de José Lalupú; a quien, dicho sea de paso, no le hace falta tener muchas plumas como las aves, pues con una sola le basta y sobra para hacer volar nuestra imaginación.  

En un inesperado trayecto que inicia enjaulado, Juan Chilalo conocerá un nuevo y peligroso mundo, especies desconocidas, algunas sinceras y otras indolentes, pero también se reconfortará con las sabias palabras de amistades verdaderas que le ayudarán a abrir una puerta muy especial, aquella que le permitirá al noble chilalito realizar el más grande de los descubrimientos: poder conocerse y valorarse por quien es, más allá de la denominación de su color, pues ahí en su interior anida la semilla del amor propio y de su identidad incomparable.


domingo, 9 de abril de 2023

NOMÁS VS. NO MÁS - Por Nando Vaccaro T.

 

Imagen tomada de Twitter (
@luzclemayorga
)

A mi entender, de acuerdo a lo que he podido investigar, y según los usos en nuestras regiones hispanohablantes, habría que distinguir 
nomás (adverbio) y no más (vínculo semántico entre dos adverbios). 

 

Si bien es cierto que oralmente nomás no más suenan iguales, es preferible que, al escribirlos, hagamos la distinción para evitar anfibología o imprecisión connotativa. Algunos ejemplos de ambos casos pueden ser:

Nomás:

- Me fui de vacaciones con mi esposa, nomás (solamente, únicamente)

- Nomás empezó a hacer calor, decidí viajar a la playa (Tan pronto
 comoen cuantoen el mismo momento cuando)

- Nomás prendí la televisión para ver una película, me vinieron a buscar (Inmediatamenteal instante)

- Nomás llegó a su trabajo, le avisaron que estaba despedido (apenas).

No más:

- No más niños hambrientos en un país rico (que "algo" no siga aumentando).

- ¿Aquí queda la biblioteca? No, [la biblioteca queda] más allá (para referir un lugar o una acción a realizar).

- ¿Cuánto tardarás en llegar? No más de una hora (para dar a conocer el tiempo de una actividad).

- ¿Consideras la derrota un fracaso? No, más bien es parte del aprendizaje (por el contrario, al contrario).

- Está bien que empieces a entrenar; si no, más adelante te arrepentirás (en caso contrario).

Sean bienvenidos más aportes y comentarios.

martes, 28 de marzo de 2023

PRESENTACIÓN DE "YAN KEN PO" (ANTOLOGÍA DE MICRORRELATOS) - Por Nando Vaccaro T.

Como algunos amores breves y fugaces, que pasan raudos por nuestra vida pero dejan su impronta indeleble, los microcuentos incluidos en Yan ken po son historias que no pasarán desapercibidas para los lectores, pues es tal su consistencia técnica y narrativa, que los escenarios, tramas y personajes confluyen con nuestros sentidos y van calando sigilosamente en nuestra memoria.

Debido a su extensión, muchas personas podrían suponer que escribir cuentos cortos o microrrelatos resulta una tarea fácil; nada más lejos de la realidad. Elegir palabras con minuciosidad, hilvanar líneas precisas y entretejer frases cohesionadas, sintáctica y semánticamente, constituye la labor de un artesano del lenguaje.

A diferencia de los textos de mayor población léxica, un microcuento demanda la precisión de una malabarista. La verosimilitud y el convencimiento para el lector llegan, no por las arduas descripciones de una novela o cuento largo, sino por el simbolismo inmerso en la narración. Este género literario es hijo de la concisión de un cuento y la determinación de un aforismo.

Precisamente estas características, de brevedad y precisión, generan en los lectores la expectativa de quien ha sido insinuado a participar en una escena fugaz, tras lo cual no podemos abandonar la lectura porque necesitamos complementar la propuesta de los escritores, dilucidando los logos y reconstruyendo los significados que fueron esbozados, y que empiezan a nadar en la pecera hechizada de nuestra mente. 

En Yan ken po encontramos un universo temático muy variado y diverso: referencias históricas; intertextualidad; planteamientos morales soterrados;  juego de palabras y palabras en juego. La imaginación discurre entre jaulas sin nubes, mágicos dragones, princesas reales con halitosis y hasta un inca abdicador y fugitivo.

Cada autor tiene, además de su estilo propio, propuestas distintas. Adolfo Flores realiza trueques entre el hombre y los animales, y viceversa; para recordarnos que, al final, todos somos criaturas de la creación. Y si hablamos de creación, José Lalupú recrea pasajes bíblicos y personajes históricos, no solo para instaurar una ucronía  sino también para alertarnos de que el límite entre realidad y ficción es más estrecho de lo que pensamos. Y Antonio Zeta, nuestro maestro del terror, nos sigue perturbando con escenas nocturnas y escalofriantes, que bien podrían estar sucediendo en este mismo momento…


Flores, Lalupú y Zeta ratifican con esta obra que son los tres mosqueteros de la literatura piurana, y me atrevería a decir que también se encuentran muy bien considerados, merecidamente, a nivel nacional (y con proyección de conquistar nuevos territorios). Basta ver sus trayectorias, sus trabajos y publicaciones para coincidir que estamos en presencia de los abanderados de nuestras letras norteñas.

El libro fue presentado hace unos meses en formato virtual, y se puede leer en el siguiente enlace: https://rb.gy/m3f

Esperemos que pronto puedan llevar esta obra a la edición impresa, porque un libro de calidad siempre debe estar al alcance de la mano.

Finalmente, quiero destacar el gran aporte de Yan ken po a la educación, a través del fomento de la lectura, y de ofrecer recursos didácticos para trabajarlos con estudiantes. Además de ser impecables escritores, los autores de esta antología de microrrelatos son educadores, y comprenden mejor que nadie que la lectura y los libros son el sustrato para el desarrollo y la evolución de toda sociedad. 

De izq. a der.: Nando Vaccaro; Adolfo Flores; José Lalupú; Antonio Zeta