Por Nando Vaccaro Talledo
En una noche engalanada por el arte, a través de sus vertientes de música y literatura, se presentó, en el club Centro Piurano, la obra Cuentos de amor y música de Marita Rishing Adrianzén (Temoche Ediciones), artista profesional especializada en piano. El cuentario, que incluye introducción y epílogo, contiene ocho relatos de temática diversa; y, como lo precisó el escritor Antonio Zeta en la presentación, las historias son atrapantes, con giros inesperados en las tramas y finales sorprendentes.
En orden de aparición, “Mi primer amor” nos permite saber que el afecto y
apego no tienen que ser siempre con una persona; podría ser con una mascota o,
como sucede en el cuento, el descubrimiento de un instrumento musical que se
convertirá en un compañero de la vida. “Los capazos” es una historia que nos
hace vibrar, que apela a nuestro lado sensible, y con una emulsión gravitante
de empatía. Los recuerdos de infancia acudirán a nuestra memoria, sobre todo
para quienes han crecido y convivido con sus hermanos.
En “La llamada” la propuesta es simple pero contundente: la angustia por el
amor que no se olvida. En “El miedo a los recitales” un joven pianista
tumbesino, que logra superar su pánico a las audiciones en vivo y a intimar con
las chicas, nos deja una gran lección de resiliencia. Durante “El beso mágico”,
un inesperado y furtivo encuentro enciende la chispa de la pasión dentro de la
Escuela de Música.
“Juanjo en la basura” es una historia descarnada, que nos muestra los
peligros de la insensatez al no saber tratar a un adolescente con autismo
(excepto su madre, que enmienda la ignorancia con el amor), y expone los
delirios a los que lleva el poder del dinero, convirtiendo a la justicia en su
súbdita. “No sólo soy de madera” es un homenaje merecido al maestro de la
música Francisco Abad, y entre líneas podemos adueñarnos de su sabio mensaje:
¡carpe diem!
Finalmente, “Lo que deseaba” entrega la historia de una niña que va
conociendo el mundo no sólo a través de sus vivencias, sino también por medio
de la música y de canciones que son propuestas al lector para escucharlas
conforme se van evocando, lo cual se convierte en una experiencia
lecto-sensorial muy sui génesis.
En definitiva, Cuentos de amor y música es un modo particular de ver
la sociedad y el mundo, a través de los ojos de una artista. Y como bien lo
mencionó Marita Rishing la noche de la presentación, “el arte puede mover la
sensibilidad de las personas, y nos puede salvar como sociedad”.
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