Por Nando Vaccaro Talledo - Octubre 2016
“Más allá del
bien o del mal” es una obra del intenso filósofo alemán Friedrich Nietzsche (publicada
en 1886), quien focalizó sus elucubraciones en realizar críticas a la supuesta
ausencia de visión moralizante en los filósofos y pensadores de su tiempo.
En un contexto
más actual, el escritor peruano Mario Vargas Llosa (MVLl) decidió separarse,
hace unos meses, de su esposa y madre de sus tres hijos tras medio siglo de
matrimonio, y a sus ochenta años se ha entregado a un nuevo amor. Este hecho dividió
y divide a la opinión pública: hay quienes condenan este suceso, acusando al
literato de infame y canalla; hay otros que se mantienen al margen y no se pronuncian,
y también están los que dicen que si ya no era feliz con Patricia Llosa,
entonces, “¿para qué seguir con alguien a quien ya no se quiere?”. Aunque es
probable que Vargas Llosa haya estado saliendo
con su nueva pareja antes de anunciar su separación, no hay pruebas que lo
condenen por adúltero o bígamo. Ahora, todo este asunto, tan aprovechado por
los medios, sobre todo los televisivos, que han hecho de esta historia una
especie de novela rosa, ¿qué grado de incidencia tiene en los lectores que
estén planeando leer una obra del Nobel peruano por primera vez?
En varias
partes del mundo muchos libros del escritor están siendo nuevamente exhibidos,
y se han incrementado las ventas porque, sin querer queriendo, los medios han
potenciado la imagen del escritor y han dejado su impronta en el imaginario
social; y aunque en muchos ha generado rechazo que optara por otra mujer lo
concreto es que se ha hablado tanto de él que es inevitable no tenerlo
presente. Así funciona también la publicidad, incluso de algunos productos que
sabemos que son nocivos para la salud, como el cigarrillo, las gaseosas o la
comida chatarra: nos instan y persuaden –por no decir manipulan– para que
terminemos consumiendo eso de lo que tanto hablan.
En el caso de MVLl,
¿necesitaba generar toda esa parafernalia multimediática y exponer su vida
privada para vender más libros? Resulta absurdo creer esto, más aún en alguien
que tiene pergaminos de sobra para ofrecer sus obras sin recurrir a controversias
mediatizadas. Además, sabido es que el escritor posee varias propiedades en
importantes ciudades de Europa y América, y que sus ingresos son cuantiosos,
así que podemos descartar que todo esto sea un circo montado sólo para vender
(por supuesto, las empresas editoriales no dejan pasar la oportunidad para exhibirlo
más que de costumbre en los estantes de las librerías y revitalizar las ventas
de sus libros).
Repudiar o
comprender su elección es una reflexión que cada persona, si le interesa el
tema, debe hacer de acuerdo a sus creencias, principios, cultura y sopesando el
contenido global de la información que subyace a este hecho. Y si bien se trata
de la vida privada del escritor, su notable e indiscutible alcance público hace
que sea inevitable no soltar una opinión al respecto.
En lo
personal, considero que su decisión de abrir las alas y migrar hacia un nuevo
nido no afecta mi visión de Mario Vargas Llosa como genial escritor y acertado analista
social que es. Lo seguiré leyendo, estudiando y disfrutando como suelo hacer. Han
habido ocasiones en que una actitud repudiable o un acto insensato han
modificado mi postura frente a cómo me dispongo a leer a un autor, pero no es
este el caso.
Entiendo que
para muchos parezca extraño y hasta increíble que después de haber estado toda
una vida con una pareja, con la que se ha compartido muchísimo y hay tanto en
común, se ponga coto a la relación, y no para ensimismarse o estar solo sino
para compartir la vida al lado de otra persona. Sin embargo, poco saludable
sería seguir con alguien a quien ya no se ama, ocultar la verdad y disimular
los sentimientos para evitar incomodidades o el qué dirán. De todas formas, acá
queda nuevamente abierta la dicotomía del bien o del mal, no en lo legal, sino
en lo moral y sentimental, pero que no deja de ser muy íntima y personal en
cuanto a la reflexión de lo que cada persona piensa al respecto.
Esperemos, por
el acervo común y mancomunado de la cultura y en especial de la literatura, que
este nuevo ímpetu de amor que atraviesa Marito no adormezca el torrente de
ideas y creaciones a que nos tiene acostumbrados. Si ello mermara con esta
decisión que ha tomado, eso sí que sería acerbo para sus lectores, una tremenda
vicisitud, y ya no de opiniones sino de ilusiones, pues cuando un grande deja
de escribir se apaga para siempre una estrella.
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