Por Nando Vaccaro Talledo – octubre 2016
“Cambia tus pensamientos y cambiarás tus emociones;
cambia tus emociones y cambiarás tu actitud; cambia de actitud y cambiarás de
vida". (El Mejor
Karma)
Para
tener una actitud positiva que nos
permita cambiar se debe tener buena predisposición; y una predisposición buena es solo posible con actitud positiva. Es
decir, ambos valores resultan interconectados e inexorables. Existen dificultades y retos que se imponen
para cambiar muchas cosas, desde la modificar la actitud o el comportamiento
hasta el cambio de hábitos o de
costumbres que no son favorables para nuestras vidas ni a nuestro entorno.
Sin embargo, también hay herramientas y
estrategias para salir de nuestra “zona de confort”.
Seguramente
en más de una ocasión habrán escuchado a distintas personas decir frases como: “prefiero evitar la fatiga”; “así
estoy bien, nomás, ¿pa’ q voy cambiar?”; “Así soy yo pe’, no quiero ni
mi interesa cambiar”; “eso no es para mí”; “métete en tus cosas”;
“¿para qué me voy a arriesgar buscando nuevas cosas?”; “si igual de
algo vamos a morir”.
En
conceptos psicológicos, cuando una persona se muestra reacia al cambio es
porque no quiere salir de su zona de confort, es decir no está
dispuesta a hacer un esfuerzo,
incluso sabiendo que le puede beneficiar, porque con la vida que tiene le
basta. Eso podría ser cierto, que con lo que tiene le baste; pero también es
cierto que el hecho de no querer cambiar, de no tener voluntad, predisposición ni constancia nos convierte en personas rutinarias, conformistas y en
muchos casos mediocres.
Lamentablemente
la resistencia al cambio y la falta de
actitud son aspectos de nuestra cultura, que nos limita ante la posibilidad
de desarrollarnos plenamente como individuos y como sociedad. Sabemos que contamos
con extraordinarios recursos naturales, que somos privilegiados los peruanos con
una envidiable variedad gastronómica, con tres regiones maravillosas, pero eso
no es suficiente para tener una vida digna y decente como sociedad, porque ni
el paraje más bello ni el potaje más delicioso pueden hacernos olvidar la falta
de modales, de respeto al prójimo, la corrupción, la idea de que todo fin
justifica los medios, la indolencia ante el dolor ajeno, entre una lista
cargada de aspectos negativos con los cuales debemos lidiar a diario, desde
nuestro entorno más próximo, como el familiar, hasta los más lejanos y
desconocidos.
CAMBIA TU MUNDO CAMBIANDO TÚ MISMO, nos dice Mery Bracho, profesora y amiga venezolana. Y también nos
manifiesta que El cambio que realmente permanece en el tiempo es aquel que se hace
desde el interior. Jesús dijo: “La persona buena, del buen tesoro de su corazón saca
lo que es bueno; y la persona mala, del mal tesoro saca lo que es malo; porque de la abundancia del corazón
habla su boca”. Si
somos padres ya sabremos esto muy bien, que el ejemplo es más efectivo que las palabras. Si queremos que
nuestros hijos no digan mentiras, nada mejor que nunca nos escuchen decir
mentiras, y estaremos influyendo en su presente y su futuro. El cambio es un reto diario porque necesitamos
cambiar y renovarnos para comprobar qué es lo mejor para nosotros, en un mundo cambiante hacen falta personas
que no cambien en sus principios morales y éticos sino que se las ingenien para
aplicar esos principios en la actualidad con una buena actitud frente a la
vida. ¿Quieres estar mejor? Cambia la manera en que estás haciendo las
cosas o empieza a hacerlas, cambia tu actitud, renueva tus pensamientos y
entonces tendrás un mundo mejor.
En el portal “La mente
maravillosa” se describe 10 beneficios que obtendremos si nos proponemos salir
de nuestra zona de confort. Estos son:
1. Descubrirás
potencialidades que no conocías
2. Lograrás ser más flexible
3. Adquirirás mayor confianza en lo que eres
4. Eliminarás muchos miedos
5. Sentirás que tu vida es más emocionante
6. Se incrementará tu creatividad y tu
inteligencia
7. Crecerán tus ganas de vivir
8.Desarrollarás
una mejor manera de relacionarte con los demás
9. Experimentarás más intensamente
el aquí y el ahora
10.Te harás más independiente
Para leer el
contenido de cada beneficio, entrar a:
Hay un cuento
hermoso, breve pero muy profundo y contundente, de Anthony de Mello, que nos invita a darnos
cuenta de que es una pérdida de tiempo pretender cambiar a los demás porque
todo empieza por cambiarnos a nosotros mismos; y si nosotros cambiamos existe
muchas probabilidades de que nuestra vida coherente, entre lo que decimos,
hacemos y logramos, motive y estimule a los demás.
CAMBIAR
YO PARA QUE CAMBIE EL MUNDO (Anthony de Mello, en "El canto del pájaro").
El sufí Bayazid dice acerca de sí mismo: De joven yo era un revolucionario y mi oración consistía en decir a Dios: “Señor, dame fuerzas para cambiar el mundo”. A medida que fui haciéndome adulto y caí en la cuenta de que me había pasado media vida sin haber logrado cambiar a una sola alma, transformé mi oración y comencé a decir: “Señor, dame la gracia de transformar a cuantos entran en contacto conmigo. Aunque sólo sea a mi familia y a mis amigos. Con eso me doy por satisfecho”. Ahora, que soy un viejo y tengo los días contados, he empezado a comprender lo estúpido que yo he sido. Mi única oración es la siguiente: “Señor, dame la gracia de cambiarme a mí mismo”. Si yo hubiera orado de este modo desde el principio, no habría malgastado mi vida. Todo el mundo piensa en cambiar a la humanidad. Casi nadie piensa en cambiarse a sí mismo.
El sufí Bayazid dice acerca de sí mismo: De joven yo era un revolucionario y mi oración consistía en decir a Dios: “Señor, dame fuerzas para cambiar el mundo”. A medida que fui haciéndome adulto y caí en la cuenta de que me había pasado media vida sin haber logrado cambiar a una sola alma, transformé mi oración y comencé a decir: “Señor, dame la gracia de transformar a cuantos entran en contacto conmigo. Aunque sólo sea a mi familia y a mis amigos. Con eso me doy por satisfecho”. Ahora, que soy un viejo y tengo los días contados, he empezado a comprender lo estúpido que yo he sido. Mi única oración es la siguiente: “Señor, dame la gracia de cambiarme a mí mismo”. Si yo hubiera orado de este modo desde el principio, no habría malgastado mi vida. Todo el mundo piensa en cambiar a la humanidad. Casi nadie piensa en cambiarse a sí mismo.
Antes de concluir el presente artículo, y para seguir
reflexionando sobre el tema, les dejo unas frases de personajes ilustres. Muy
conveniente sería adueñarnos de ellas para que nos impulsen a mejorar nuestra
actitud y afrontemos el cambio con decisión.
“Cuando ya no somos capaces de
cambiar una situación, nos encontramos ante el desafío de cambiarnos a nosotros
mismos” - Víktor Frankl.
“Dentro
de veinte años te arrepentirás más de las cosas que no hiciste que de las que
llegaste a hacer. Por lo tanto, ya puedes levar el ancla. Abandona este puerto.
Hincha las velas con el viento del cambio. Explora. Sueña. Descubre” - Mark Twain.
“La gente dice: “si no te
gustan tus circunstancias, cámbialas”. Yo digo: “si no te gustan tus
circunstancias, cámbiate”. Al cambiarte tú, los estarás cambiando a ellos.
Si quieres cambiar tus circunstancias, cambia tú. Si quieres cambiar tu entorno, cambia tú. Si quieres cambiar el mundo, cambia tú. Sé tú el cambio que buscas. Si tu entorno no te da lo que buscas, cambia tú para provocarlo” - Anxo Pérez.
Si quieres cambiar tus circunstancias, cambia tú. Si quieres cambiar tu entorno, cambia tú. Si quieres cambiar el mundo, cambia tú. Sé tú el cambio que buscas. Si tu entorno no te da lo que buscas, cambia tú para provocarlo” - Anxo Pérez.
“La sabiduría es el arte de
aceptar aquello que no puede ser cambiado, de cambiar aquello que puede ser
cambiado y, sobre todo, de conocer la diferencia” - Emperador Marco
Aurelio.
"Al fin y
al cabo somos lo que hacemos para cambiar lo que somos" - Eduardo Galeano.
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