domingo, 2 de diciembre de 2018

IMBERBES Y CON MOÑOS: LÍDERES Y LIDERESAS QUE YA SON NUESTRO PRESENTE


Por Nando Vaccaro Talledo – Noviembre 2018

“La juventud no es la esperanza del mañana; es la acción de hoy, o no es nada” - José Carlos Mariátegui 

Mientras los medios de comunicación (masivos) nos bombardean con noticias truculentas y divulgan funestos hallazgos de nuestros supuestos líderes, gobernantes, representantes y demás garabatos que se hacen llamar así mismos “políticos” (por supuesto no todos porque algunos –muy pocos– sí merecen esta distinción), existe un rescoldo de esperanza a partir de acciones que propician la participación de adolescentes y jóvenes que intentan atisbar cómo funciona el mundo y cómo se podrían resolver los grandes problemas que aquejan a nuestra sociedad, empezando por su entorno; y lo más importante: aún no están contaminados por la ambición inescrupulosa ni el veneno radiactivo del poder (además de que en estas últimas semanas estamos teniendo ejemplos dignos a imitar, con ideales y convicciones, que están marcando un notable precedente en nuestro país en el ámbito de la justicia).

Tuve el honor de ser invitado para participar en un  congreso de líderes adolescentes, específicamente de Municipios Escolares, conformados por sus respectivos alcaldes y las diversas comisiones de regidores. Esta reunión fue constituida por iniciativa de la Institución Educativa Femenina “Isolina Baca Haz” de Chulucanas. Participaron delegaciones de diversos colegios de esta localidad, y también de La Encantada, Yapatera y Batanes. Se conformaron mesas de diálogo y se ofrecieron alocuciones sobre temas específicos, a través de profesionales que representan a entidades que se encargan de trabajar esas problemáticos, como el ministerio de Salud y la Fiscalía, y que atañen el contexto en el que viven y se interrelacionan  los adolescentes: Internet y sus efectos; embarazo adolescente y ETS; mecanismos legales de denuncias y medios de protección; rol de los municipios escolares.



En mi caso, fui convocado para dar una “charla” sobre este último tema. Pero más que una charla o exposición yo quería generar, como casi siempre lo intento si las circunstancias son factibles, un espacio de interacción recíproca con los adolescentes, que se distendieran y tuvieran la soltura para pensar, analizar, reflexionar y ofrecer sus opiniones sin sentirse intimidados o coartados por exámenes o el qué dirán, como suele suceder en las aulas. El ámbito era propicio porque se habían distribuido las mesas al aire libre, en el patio techado, y estuvimos felizmente a salvo del implacable sol. Como es previsible, al principio la mayoría de los participantes de nuestra mesa (alcaldes de sus respectivos municipios escolares, en total ocho, de los cuales dos eran mujeres) estaban tímidos, aunque expectantes. 


Quise ir más allá de aludir los criterios de sus funciones, la responsabilidad que conlleva sus cargos, etc.; es decir, de los conceptos y definiciones que seguramente ya deben conocer y haber tratado en clases. Quise mostrarles que, pese a la obstinación de los medios de comunicación y de personas insensatas que promueven el miedo y el odio (más que seguro por su incapacidad de amar), necesitamos creer en la vida, en nuestros propósitos y convicciones, en los ideales de que un mundo mejor, más justo, equitativo, honesto y solidario es posible.

Como no podía ser de otra manera, empecé comentándoles el rol preponderante de la lectura y la escritura en nuestra formación como ciudadanos, y que es el sustrato de la democracia. Si las personas no tienen estas herramientas fundamentales para participar de manera activa en la sociedad y hacer prevalecer sus derechos (y enterarse de sus deberes) entonces es un sinsentido hablar de democracia. En nuestro país, por desgracia, el panorama es aciago. Acá en Chulucanas el analfabetismo sobrepasa el 20% y en zonas del Alto Piura puede llegar hasta el 40% (Fuente INEI). Sin embargo, las personas analfabetas, carentes de estas herramientas esenciales que toda Nación que se jacte de ser una democracia participativa debe brindar, se convierten en ciudadanos a ciegas; un ejemplo claro de esto es el sufragio universal, que, lejos de ser un derecho, se impone como un deber, una coacción, porque de no sufragar se padecerá la consecuencia de una multa.

Ilustré la trascendencia que tiene la lectura con la historia de Frederick Douglas, un norteamericano de ascendencia africana, nacido esclavo, que aprendió el alfabeto gracias a la esposa de su dueño, un “blanco” adinerado. Cuando este se enteró de lo que hacía su esposa, se lo reprochó, y ella, acaso con la candidez de casi toda mujer que no entiende de guerras ni odio pero que debe someterse a estas prácticas crueles de los hombres, le preguntó qué tenía de malo enseñarle a leer al pequeño Frederick, a lo que el hombre respondió: “enseñándole a leer dejará de ser esclavo”. Al escuchar esto, el pequeño supo cuál era el camino (en su autobiografía manifestó que si no hubiera aprendido a leer, nunca habría tenido la esperanza de emanciparse). Pues bien, Frederick Douglas fue quien redactó el decreto de abolición de la esclavitud en los Estados Unidos, que luego sería firmado y refrendado por el presidente Abraham Lincoln (narrar historias breves y recordar anécdotas siempre son buenos recursos para atrapar la atención de un público; por ello, no es coincidencia que las tradiciones orales sigan tan vigentes como en tiempos remotos).

Para esa reunión había elegido a algunas personalidades, valiosos y trascendentes líderes y lideresas en la historia de la humanidad, que me parecieron fascinantes y motivadores cuando los descubrí. Así que me preparé leyendo e investigando más, sobre todo para recordar su legado en el mundo y algunas de sus locuciones más memorables. Le pedí a cada participante que leyera las frases de los personajes (había elegido cuatro o cinco de cada uno), y que interpretara y reflexionara sobre esos pensamientos, con total libertad y espontaneidad. Para no hacer muy extenso este artículo, sólo citaré una frase de cada personaje:

“La democracia es el gobierno de la gente, por la gente, para la gente” - Abraham Lincoln

“El amor no puede permanecer en sí mismo. No tiene sentido. El amor tiene que ponerse en acción. Esa actividad nos llevará al servicio- Teresa de Calcuta

“Debemos llevar a cabo un acto de bondad al azar, sin ninguna expectativa de recompensa, pero con la certeza de que un día alguien podría hacer lo mismo por uno” - Diana de Gales

“Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, su origen o su religión. La gente aprende a odiar, y si se puede aprender a odiar, también se puede enseñar a amar; el amor llega más naturalmente al corazón humano que su contrario” – Nelson Mandela

A los que les gusta mucho la plata hay que correrlos de la política. Son un peligro. Los políticos tenemos que vivir como vive la mayoría y no como vive la minoría José Mujica

A medida que los adolescentes iban leyendo se detenían en algunas frases, o concepciones, y hacían analogías con nuestro contexto sociocultural, o con la realidad que ellos atraviesan, e iban adueñándose de lo que finalmente quise transmitirles en ese encuentro (que resultó muy corto), y que se relaciona con una estupenda significación de Howard Gardner, creador de la teoría de las Inteligencias Múltiples: “Nadie puede convertirse en un profesional exitoso si no se es buen ser humano”.   


Sostengo que en realidad no se puede ser nada bueno sino nos erigimos, educamos, y formamos como personas nobles, generosas, solidarias, evitando sucumbir con todas nuestras fuerzas a las bajas pasiones de la ambición, el derroche, el libertinaje, el poder, el odio…Y entendamos que el bien (y el mal) común también nos afecta porque somos seres sociales, no parias como los animales, sino que estamos inevitable y benditamente ligados. Es decir, no solo vivimos puertas para dentro, sino –y más que nada– puertas para fuera. Vivimos y convivimos en una interacción constante, ahora más en la era digital, donde la acción de alguien repercute en todos. Por eso el pensador argentino José Ingenieros decía: “Bastaría saber que mientras uno trabaja para todos, todos están trabajando para uno”. En ese sentido, es imprescindible involucrarnos en aspectos sociales y políticos (a propósito, hace unos meses publiqué el artículo “Involucramiento Social”: https://lapalabrabrota.blogspot.com/2018/04/involucramiento-social.html
Debemos desterrar de una vez por todas la falsa idea y los prejuicios que nos han endilgado y nos hacen creer que la política es cosa mala y solo está destinada para unos cuantos.



Es cierto que unos cuantos corruptos, viles y despreciables han provocado que la política sea vista con rechazo; pero, lejos de ser algo repulsivo, la acción política, la participación social, es una de las más nobles y necesarias acciones que podemos realizar como seres humanos y ciudadanos; no es requisito llegar a ser funcionarios para hacer política, solo basta tomar conciencia de que es el camino para vivir mejor en sociedad, que hay diferentes problemáticas que podemos abordar y encontrarles solución de manera directa o indirecta, teniendo injerencia en nuestra comunidad o a través de una organización civil.

Estoy convencido, por el brillo de sus ojos, por la inocencia de sus sonrisas, por la paciencia que tuvieron, por el grado de atención, por la participación y posteriormente por la exposición que realizaron, que los jóvenes, con quienes tuve el alto honor de compartir hace unos días la mesa de diálogo sobre municipios escolares, han incorporado una visión más amplia, han asimilado y discernido que los libros y la lectura pueden cambiar vidas y hasta la historia de un país, y que desde ahora son ciudadanos, que no hace falta que cumplan la edad mínima para votar en elecciones públicas oficiales puesto que, en definitiva,  han comprendido que la política es un servicio; y lo que más dicha me ha dado es percibir que ahora ya tienen la semilla de la convicción, indispensable para que ese gran árbol de posibilidades en el que cada uno puede convertirse, lejos de crecer torcido, sea un árbol de incontables frutos y ofrezca sombra y alegría a muchas personas.




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