jueves, 13 de noviembre de 2025

LENIN HEREDIA NOS MINTIÓ: EL AUTOR DE ´NADA NOS UNE´ SÍ CREE EN LOS VÍNCULOS HUMANOS (por Nando Vaccaro)

 Por Nando Vaccaro Talledo - noviembre, 2025.

«Becky ha muerto». Así empieza la novela más reciente de Lenin Heredia. Una apuesta sorprendente, pues asume el reto de un pacto con el lector: te adelanto desde las primeras líneas lo que va a suceder, pero a cambio me darás la oportunidad de quedarte conmigo página tras página para saber cómo sucedió y por qué. Y yo considero que, en efecto, la apuesta de Lenin ha sido exitosa: es una novela que te mantiene en vilo de principio a fin, con un realismo crudo y descarnado que logra conectar con las fibras más íntimas de cada lector, pues algún pasaje de la historia, alguna característica de un personaje o un pensamiento indebido te tocará en lo más profundo de tu ser.

En la contraportada del libro se nos adelanta que Nada nos une “es una novela acerca de las pérdidas imposibles, los cuerpos vigilados y las heridas que el tiempo no llega a cerrar”. Sin embargo, la ambición novelística del autor ha logrado sacar una radiografía de cuerpo completo a nuestra sociedad actual, maniatada no sólo por la violencia sino también por la irrupción de la tecnología, por ese sometimiento a las pantallas que nos hace perder vitalidad y empatía; y, en el caso de la protagonista, hasta la propia vida.

Nada nos une nos interpela desde el título: vivimos actualmente hiperconectados a través de las redes sociales en nuestros dispositivos tecnológicos, aunque muchas veces no sabemos qué está pasando con nuestra propia familia; ni siquiera miramos a los ojos cuando conversamos personalmente porque nuestras cabezas siempre están ancladas a la pantalla.

Como bien ha escrito Horacio Hidalgo para Círculo de lectores, Nada nos une está narrada desde la perspectiva de tres personajes; y desde estos puntos de vista el narrador omnisciente nos refiere la historia de la adolescente, “a quien el lector solo podrá conocer en la medida en que su recorrido vital, y por lo tanto su muerte, afecte la vida de los que la conocieron”.

En cuanto a su tono y forma narrativa, se evidencia un trabajo de artesanía depurada: oraciones cortas y yuxtapuestas con imágenes fragmentarias que preparan el clima tenso y trepidante que recorre casi toda la novela. El autor emplea una prosa sobria, precisa y fragmentaria, lo que ya se ha consolidado en una impronta de Lenin, quien ha sabido orquestar una banda sonora narrativa que combina elementos de percusión con acercamientos emotivos al corazón de cada personaje; y como contrabajo, una voz de alejamiento para relatar, con el mayor grado de objetividad, la fatalidad que los desvela.  

Coincido con John Valle, quien, en el blog El hablador, a propósito de Nada nos une, señaló: “el recurso dialógico es una herramienta muy bien aprovechada que contribuye a la presentación de los personajes a través de sus actos cotidianos”. Yo también juzgo que uno de los grandes logros de Lenin, y que seguramente le habrá causado varias noches de insomnio, ha sido la creación de sus personajes, tan bien delineados y caracterizados con una verosimilitud impresionante.

Y a propósito de los personajes, una confidencia grata y evidente para los lectores de Lenin Heredia es que esta novela dialoga con su antecesora Morir en mi ley. En ambas hay una búsqueda por diseccionar la violencia. Los personajes quedan atrapados, subyugados a sus propias decisiones, como si estuvieran atados a la misma piedra de la insensatez. A mi modo de ver, las aproximaciones temáticas entre estas obras no son redundantes ni excluyentes la una de la otra; por el contrario, las dos novelas confluyen hacia la reflexión sobre el dolor y la memoria.

 

LENIN HEREDIA PRESENTÓ NADA NOS UNE EN SU TIERRA, PIURA 

Para quienes residimos en Piura, ha sido muy grato que el autor regrese a su tierra para presentar su última producción literaria. Y gracias al dinamismo de los presentadores, y de este servidor con un par de preguntas tangenciales, hemos logrado profundizar en el análisis de las temáticas que propone la novela. Para Crisanto Pérez, catedrático de la UDEP, Nada nos une deja en evidencia que, con las opciones y fines que puede tener un celular, “a diferencia de lo que usualmente creíamos, ahora la casa ya no es un lugar seguro”. Un escenario similar al que acudimos a través de la serie Adolescencia, cuyas repercusiones analicé hace unos meses: https://lapalabrabrota.blogspot.com/2025/04/repercusiones-de-la-serie-adolescencia.html

Uno de los temas que construye esta novela es el duelo, ese agudo dolor ante la pérdida irreparable de un ser querido; una tormenta por la cual hemos atravesado todas las personas en algún momento, pues la muerte forma parte de la vida, aunque siempre sea difícil hablar de ello. “Por eso”, nos dice el autor, “creo que una de las funciones que tiene la literatura es abordar esos temas que son complejos de hablar”.

Durante la presentación, Lenin no sólo compartió la mesa de honor con Crisanto Pérez, sino también con la docente y escritora Ana Belén, quien propuso la lectura de Nada nos une para los adolescentes y jóvenes. Le pregunté al autor si creía que los padres, docentes y las instituciones educativas considerarían la lectura de su obra, teniendo en cuenta los recelos y prejuicios que existen precisamente de tratar temas tan sensibles, pero, por lo mismo, imprescindibles. Al respecto, el autor indicó que “con una guía de lectura adecuada se puede acompañar al abordaje de esta obra y sus temas”.

En la parte final de la presentación, Lenin nos confesó: “Yo sí creo que todo nos une”, aunque el título de su novela sugiera lo contrario. Para él, las personas sí buscamos unirnos y construir vínculos, muy a pesar de que sea complicado en la actualidad. “El título de la novela es una provocación”, nos reveló. Lo mismo que decir, una invitación seductora a la lectura que se ampara en una estrategia literaria.  

Recuerdo que Facundo Cabral decía: “la vida es el arte del encuentro”, y que estamos (o deberíamos estar) en constante movimiento, que nada es permanente. Lenin parece haber conversado sobre esto con el cantautor argentino; y ya sea por la sensibilidad propia de todo artista o por la curiosidad de su vertiente investigadora, nos comentó que él siempre tiene “la percepción de que están pasando muchas cosas al mismo tiempo, y eso he querido plasmar en todo momento”. Y lo ha logrado: las atmósferas situacionales y los escenarios que pueblan la historia están revestidos por los detalles minuciosos de un arquitecto de la palabra.

En definitiva, con Nada nos une Lenin Heredia nos demuestra el caudal inagotable de su talento creativo, que ahora lo ubica como uno de los referentes de la narrativa peruana; y que el género novelístico, como bien ha referido Juan José Millás, sigue siendo una “forma de resistencia”, una representación del arte que reivindica la memoria y la imaginación.