Por Nando Vaccaro Talledo – 20 noviembre del
2016
Aunque por estos
días todos los medios estén focalizando la atención de la información en el
foro de APEC, no podemos –ni debemos– olvidar que la depresión no es para
perdedores. Este concepto fue exclamado por la excandidata presidencial Keiko
Fujimori, hace unos días en Lima, y de
inmediato propició un consecuente rechazó por parte de innumerables personas e
instituciones, entre ellas la Asociación Peruana de Psiquiatría.
Para quienes
hemos vivido de manera directa e indirecta los problemas y sufrimientos que
acarrea la depresión nos cuesta entender cómo una lideresa política puede
cometer semejante desatino. Entiendo que “en el fondo” no haya querido expresar
lo que finalmente se entendió; pero, por lo mismo, los personajes públicos y de
innegable poder persuasivo deben ser cautelosos y precisos en sus discursos; porque
si casi medio país votó por ella, quiere decir que sus palabras pueden
influenciar los actos y pensamientos de mucha gente.
RECORDEMOS que la señora Keiko Fujimori, tras varios meses de
ausencia mediática, apareció para inaugurar un nuevo local partidario. En gran
parte de su alocución se dedicó a criticar al actual gobierno (está en su
derecho como ciudadana y política, pero eso tampoco le hace bien a la “salud
mental” de la población, porque lo que se espera de una lideresa inteligente
son propuestas y asertividad). Y en un momento dijo textualmente lo siguiente: “especulaban que estaba
deprimida, no me conocen. Jamás. Eso es para los perdedores. Yo no me siento
perdedora”.
Lo que, seguramente, ella pretendió fue desarticular
los rumores que encontraban en su derrota electoral la justificación de su ausencia
en la participación política activa. Pero los personajes que tienen gran
injerencia y repercusión social deben sopesar lo que exponen, porque en ellos
importa tanto el qué y el cómo lo dicen. Aunque su intención no haya sido
querer enmarcar de perdedores a las personas que sufren de depresión, lo cierto
es que eso entendimos (otro asunto a discutir es que tildar de perdedor a
alguien también resulta un agravio). Sin embargo, sería descabellado pensar que
la excandidata haya proferido esa frase deliberadamente, teniendo en cuenta que
sus padres han padecido esta enfermedad.
¿QUÉ
ES LA DEPRESIÓN? La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la depresión es una enfermedad frecuente en todo el
mundo. Se calcula que afecta a unos 350 millones de personas, y es distinta
de las variaciones habituales del estado de ánimo y de las respuestas
emocionales breves a los problemas de la vida cotidiana. Puede convertirse en
un problema de salud serio, especialmente cuando es de larga duración e
intensidad moderada a grave, y puede causar gran sufrimiento y alterar las
actividades laborales, escolares y familiares. En el peor de los casos puede
llevar al suicidio.
El médico psiquiatra Alberto Fernández nos alerta
sobre los síntomas: “los
pacientes deprimidos exhiben tristeza y/o una falta de placer por las cosas que
antes disfrutaban, pérdida o aumento importante de peso, somnolencia o
insomnio, conducta agresiva o apagada, fatiga, sentimiento de inutilidad,
pérdida de la atención y concentración que usualmente compromete la memoria de
corto plazo e indecisión”. Si a los
síntomas mencionados por el médico también perduran por más de quince días
pensamientos de tristeza, trágicos y de muerte, entonces debemos encender la
alarma y buscar ayuda de inmediato con un profesional de la salud mental, es
decir un psicólogo, psicoterapeuta y psiquiatra (la OMS señala que no siempre
aparecen todos los síntomas juntos). Fuente: http://vital.rpp.pe/expertos/la-depresion-enfermedad-o-debilidad-noticia-977311.
PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA: Recordemos que el artículo 2, inciso 1 de la
Constitución del Perú, dicta que toda persona tiene derecho “a la vida, a su
identidad, a su integridad moral, psíquica y física…”. Es decir el Estado debe
salvaguardar y garantizar este derecho, en
el que se establece prioridad a la salud mental. Sin embargo, no existe una
política de Estado que contemple darle urgencia
a esta creciente necesidad. En algunas provincias ni siquiera existe un
psicólogo de planta, y en el mejor de los casos solo Serums que, culminado su
año de servicio, dejan a muchos pacientes a mitad de tratamientos. Ni qué decir
de psiquiatras, que acaso ya es difícil encontrarlos en ciudades muy pobladas.
El
Dr. Fernández señala que la depresión es “un trastorno común y un problema de
salud pública”. Y nos alerta sobre las estadísticas de esta enfermedad: “Estados Unidos tiene una prevalencia en
16,2% de la población. En el Perú, solo en la ciudad de Lima, alcanza al 19% de
la población. A esta alta prevalencia se suma el hecho de ser una enfermedad
que de no ser tratada tiende a la cronicidad generando en el individuo
deterioro en los ámbitos social, laboral y cognitivo (Problemas de atención,
concentración y de memoria). Además, se calcula que aproximadamente 2/3 de los
pacientes deprimidos tienen ideas suicidas y 15% se suicidan”.
DESCONOCIMIENTO E IGNORANCIA: la falta de información y los prejuicios
sociales son una conjunción que genera la ausencia de empatía por parte de
familiares y amistades de quienes padecen depresión. Por eso ha sido tan
criticable la declaración de Keiko Fujimori, porque el mensaje que nos ha
transmitido es: si alguien se deprime es un perdedor, es decir una persona
floja, sin voluntad ni convicción y por lo tanto merece nuestro rechazo. Nada
más absurdo y peligroso que considerar a alguien depresivo como un fracasado,
porque en ese estado no se puede juzgar la capacidad volitiva de una persona. Es
por ello el rechazo y preocupación manifestados por la Asociación Psiquiátrica Peruana en un
comunicado emitido el 10 de noviembre.
En este
sentido, el psiquiatra Alberto Fernández manifiesta: “Los familiares y amigos del paciente deprimido, al no conocer las
características de esta enfermedad o simplemente no aceptar su existencia, intentan
“animar” al paciente con frases “poco felices” como:
• “Lo que pasa es que no pones de tu parte”.
• “No tienes derecho a estar deprimido porque tienes todo”.
• “Lo que te falta es voluntad”.
• “Yo también tuve depresión y salí solo”.
• “Esas son tonterías, en mi tiempo esto no existía”.
• “Lo que pasa es que no pones de tu parte”.
• “No tienes derecho a estar deprimido porque tienes todo”.
• “Lo que te falta es voluntad”.
• “Yo también tuve depresión y salí solo”.
• “Esas son tonterías, en mi tiempo esto no existía”.
Lejos de ayudar,
frases como estas hunden más a una persona deprimida, la hacen sentir culpable
de su enfermedad y hasta pueden conducir a la desesperación que termina en un
inexorable suicidio. No todas las depresiones manifiestan los mismos síntomas
ni presentan el mismo nivel de intensidad ni “martirio” al paciente, por lo que
cada proceso de mejora dependerá en gran medida de cuánto la impronta psíquica
y emocional de la enfermedad ha calado en el paciente, y en este proceso es
esencial el apoyo y acompañamiento de los seres cercanos, quienes deben
informarse para descubrir que los pacientes tienen sus “momentos”, y que no es
favorable demostrar debilidad, tristeza y menos hostigamiento al pretender
acelerar el proceso.
LA DEPRESIÓN NO DISCRIMINA: En la revista Somos del diario El Comercio, del pasado
12 de noviembre, la magíster en psicología Doris Argumedo nos da más luces
sobre el alance de esta enfermedad: “la depresión es una condición clínica que
no está bajo el control de la persona. Todos tenemos episodios de estado de
ánimo bajo, falta de sueño y disminución del apetito, pero cuando estos
restringen nuestra funcionalidad normal requerimos atención personalizada.
Cualquiera puede caer en depresión, pero no todos tienen los recursos
emocionales para sobreponerse a ella, como los son las relaciones
significativas o proyectos de vida”.
LA DEPRESIÓN EN EL PERÚ: en el portal web de RPP (la sección “Vital”) nos
dan un alcance sobre las crudas estadísticas de esta enfermedad, con datos
otorgados por el Instituto Peruano de Salud Mental: en nuestro país es el trastorno
mental más común (alrededor de 1 millón 700 mil personas la padecen); en Lima metropolitana
cada 22 minutos una persona intenta hacerse daño; de cada 100 adolescentes, el
diez por ciento presenta episodios depresivos; la depresión causa entre el 60 y
el 80% de los suicidios. Fuente: http://vital.rpp.pe/expertos/la-depresion-es-el-trastorno-mas-comun-en-el-peru-noticia-971106
TRATAMIENTO: en el mismo informe anterior, el director general del Instituto Nacional de Salud Mental Honorio
Delgado-Hideyo Noguchi, Humberto Castillo Martell, “La mayoría de trastornos
tienen primero una base genética. Existe una cierta predisposición en algunas personas a sufrir un trastorno o
no. Luego están los trastornos asociados al estrés.
Cuanto más temprano es este, más severas son las consecuencias”. Por su
parte, el Dr. Fernández señala que “hoy el avance en el conocimiento médico nos
permite acceder a información que da evidencia de la realidad de esta
enfermedad y en la actualidad existen tratamientos eficaces (farmacológicos y/o
psicoterapéuticos) para su afrontamiento, y si es tratada a tiempo y de forma
adecuada tiene excelente pronóstico”. Finalmente, debemos tener presente que la
comprensión y el amor que ofrezcan amistades y familiares son factores que
también se deben integrar en el tratamiento de recuperación.
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