Por Nando Vaccaro Talledo
– Julio 2018
Hace varias
semanas circuló en redes sociales una hermosa canción, en tono de trova, cuyo
título es, a juzgar por el coro, “Me fui”, cantada por una joven venezolana
casi a capela, acompañada con un coro de sus compatriotas en alguna plaza de
Lima, reflexionando sobre lo duro que es emigrar, y más en la coyuntura
sociopolítica en la que se encuentran (en videos subidos a YouTube corroboran el título de la canción y el nombre de la
intérprete es Reymar Perdomo).
Esto me lleva
a pensar y recordar que alguna vez yo también fui emigrante; y antes lo fue mi
madre, ella sí en situaciones angustiantes, a mediados de los 90, cuando el
sueldo mínimo en el Perú apenas si llegaba a los 200 soles, y el contexto de
las mujeres en nuestro país era de mayor sometimiento y maltrato que hoy.
Con respecto a
los amigos venezolanos (y digo bien amigos porque no conozco a nadie que no
conozca al menos a un ciudadano de Venezuela que haya llegado a nuestro país
escapando de la escasez, el autoritarismo y la falta de oportunidades), como
dice parte de esa bella canción, realmente están pasando un trance social y
político terrible, sin vislumbrar aún fecha de cambio. Dejar el país de
nacimiento, y en esas circunstancias, no solo significa salir de un territorio,
sino desprenderse de todo aquello que ha rodeado a una persona desde que nació:
los amigos y la familia, la escuela y los lugares de encuentro, la comida y la
música, las costumbres y el deporte…
Por supuesto que si hubiera alguien que transgrediese las normas y leyes, pues deberá ser procesado y juzgado por sus actos (y no hablo solo de venezolanos, sino de personas de cualquier otro país y por supuesto también “de los nuestros”); pero, en general, si hay mujeres y hombres que buscan un lugar para rehacer su vida, y su elección ha sido nuestro país, tengan por seguro que darán lo mejor de sí, trabajarán con muchas ganas y dedicación, no solo por el pan sino por el honor y la dignidad, porque en el fondo quieren reivindicarse a sí mismos y estar listos para cuando haya que regresar a su patria y reconstruirla.
Alguna vez
estando en Argentina (residí ocho años en aquel país) me preguntaba, pero
todavía sin demasiada consciencia social, por qué miles y miles de compatriotas
debíamos abandonar nuestra nación en busca de mejores oportunidades, si lo
primero que hacíamos al hablar con otras personas era vanagloriarnos del
hermoso país que tenemos, de su costa, sierra y selva, de ser lo primero en
esto y aquello, de la materia prima, de la gastronomía, de sus playas, de…en
fin, de todo lo que sabemos que tiene nuestro país. ¿Por qué, entonces,
teniendo todo lo que tenemos, no logramos prosperar en nuestra tierra y en
nuestro propio entorno cultural? En ese entonces no lo entendía muy bien, pero
hoy tengo claro, esencialmente, dos cosas: primero, que en Argentina siempre me
trataron como en casa, que es un país que admiro y respeto, al cual estaré
eternamente agradecido, y donde sé que siempre podré volver; segundo, que
necesitaba regresar a mi nación, entenderla mejor, empaparme de su cultura y
bondades, pero también de sus problemas y vicisitudes.
Y acá estoy,
en Chulucanas, apostando con mi tiempo y mi familia al crecimiento de esta
tierra de mis ancestros, colaborando con diversas causas sociales, promoviendo la
paz desde la toma de conciencia, sensibilizando para que entendamos de una vez
que la grandeza de un país no solo está en su materia prima sino en el
involucramiento de su gente, en su grado de participación y cooperación entre
sí. Y en ese sentido resulta imprescindible tendernos la mano entre peruanos y
hermanos de otras naciones.
COLOFÓN: Origen
de la palabra “patria”:
Patria es el
país y la sociedad en que hemos nacido o aquella que hemos adoptado como
propia. La palabra proviene del adjetivo latino patrius ‘relativo al padre’. El italiano parece haber sido
la primera lengua romance que incorporó patria en su sentido
actual, puesto que el primer registro conocido es de Dante Alighieri.
Posteriormente, esta denotación fue adquirida por el francés patrie, antes de llegar al español
hacia el siglo XIV.
Estimado, con motivo de fiestas patrias, sus palabras retumban en un vacío que activistas como ud trabajan por llenar. Como peruano educado en vzla es para mí un placer saber que hay personas como ud que me hacen renovar mi fe en el Perú. Muchas gracias por no guardar silencio. Dr. Talledo
ResponderEliminarGracias a ti,mi hermano por leer este blog, por darle vida a estas humildes pero sentidas opiniones, y es mi deseo que estas palabras cobren vida en las acciones y sentimientos de muchas personas.
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