Por Valeria Rodríguez Vilela - septiembre 2025
En esta obra literaria se narra
la transformación de Gregorio Samsa, un comerciante de telas encargado de
mantener económicamente a su familia. La historia comienza una mañana cuando
Gregorio se despierta, “tras un sueño intranquilo”, convertido en un insecto. Su
primera reacción es de ansiedad, no tanto por su apariencia y estado actual
como por la necesidad de asistir al trabajo, pues debe saldar una deuda con su
jefe lo antes posible.
La familia está preocupada porque
Gregorio no ha salido de su cuarto para ir al trabajo, como normalmente lo
hace. En ese ínterin, llega a la casa un representante de la empresa donde él labora.
Desde afuera del cuarto, el visitante trata de persuadir a su empleado para que
salga y se reincorpore a sus labores. Gregorio quiere responder que se
encuentra bien; sin embargo, por su transformación le resulta imposible darse a
entender, porque lo único que emite son sonidos extraños, propios de esa especie.
Horas después, con sus familiares
ya angustiados, la visita del principal de la empresa propicia el descubrimiento
del gran insecto que se encuentra dentro de cuatro paredes. La reacción de la
familia es de rechazo; sus actitudes violentas y denigrantes hacia Gregorio hacen
que él crea que es un monstruo. En este punto resulta irónico patentizar cómo aquellos
que supuestamente lo aman y respetan por ser el proveedor del hogar, ahora, en
un momento de angustia y desesperación, le dan la espalda. Con el pasar de los
días el deseo por deshacerse de él aumentan; el dinero escasea y la comida se
agota, mientras sus padres y la hermana buscan formas para subsistir sin él.
Kafka utiliza la metamorfosis de
Gregorio como una alegoría de la alienación y la pérdida de identidad. Samsa no
tiene amigos ni pareja, y su falta de autoestima deviene en una enajenación
total de las relaciones humanas. Gregorio acepta su transformación sin
preguntarse por qué ocurrió, o cuál es el sentido de ese suceso. A medida que
avanza el relato, el sentimiento de culpa y la frustración lo conducen a su
propia autodestrucción. En consonancia con esto, la estructura sencilla de la
novela contrasta con la complejidad emocional que experimenta el personaje
central, un punto clave en la obra que a los lectores nos lleva a recapacitar sobre
la búsqueda de sentido de pertenencia en un mundo indiferente.
La trascendencia de su obra es de
tal magnitud, que Franz Kafka se encuentra en el olimpo de escritores cuyo
apellido ha dado origen a un nuevo término en todos los grandes idiomas. Decir
que algo es “kafkiano” se entiende como sinónimo de lo absurdo y angustiante,
de atravesar una situación opresiva y hasta irracional, como las que describía
Kafka en sus creaciones literarias. Hoy más que nunca la obra de este autor
universal cobra relevancia para entender el mundo en el que coexistimos,
alienados por la intrusión de las redes sociales, la burocracia agobiante en el
Estado, la preponderancia de la apariencia por encima de los valores y la gran
fragilidad en los vínculos familiares.
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